Estoy 100% seguro que las palomas que viven cerca de mi edificio deben pensar que nos extinguimos. Y no solo ellas, seguramente que otros animales andan totalmente extrañados de nuestro comportamiento durante esta pandemia. Sí, muy probablemente el resto de los animales (digo el resto para recordarnos que nosotros, también, somos animales) no entienden ni están al tanto de la crisis de salud que se vive en el planeta, pero seguro algo se traen entre manos. ¿No me creen? Pues aquí les dejo pruebas de como nuestros primos ya están tomándose lo que ellos consideran "era" nuestro...
Regresando a la realidad, en los últimas semanas he visto, principalmente en Twitter (sabes que me quieres seguir), a personas abogando por un estado que se convierte en inversionista. Particularmente, que use nuestros impuestos para rescatar grandes empresas que se han visto afectadas por la crisis económica - que ha surgido por la pandemia - a través de la compra de acciones. Esto, de por si, no es solo una mala idea en general , sino que en el contexto de Panamá, daría cabida a efectos totalmente nefastos.
PaleoPablo, explícanos por favor por qué la compra de acciones es una mala idea en general.
Con gusto.
Para ser breve, que el estado compre acciones con nuestros impuestos solo crea riesgo moral y distorsiona la habilidad del mercado de asignar recursos de la manera más eficiente y efectiva posible. En el primero, causa que las empresas tomen más riesgos de los que usualmente tomarían, puesto que saben que *ahem* tu dinero y el mio *ahem* que diga, el estado, estaría ahí para brindarles los fondos necesarios para seguir operando. Con respecto a la asignación de recursos, los emprendedores e inversionistas usuales (usuales para distinguirlos del estado inversionista) verían que hay ciertas industrias, o actividades, que son favorecidas con el apoyo del gobierno en caso de que algo salga mal. Por consiguiente, el dinero que se hubiese destinado en abrir, digamos, una franquicia de restaurantes, se utilizaría para abrir un banco. De esta forma, la franquicia de restaurantes que era necesaria en la República Democrática y Popular de Paleokistan, nunca llegó a abrirse; mientras que el nuevo banco, que ahora es uno más en un sinnúmero de bancos que operan casi en su mayoría en pérdida por el exceso de oferta bancaria, abre sin una necesidad real. Trayendo todo esto a la coyuntura actual de Panamá, vemos como lo que sucede en nuestra ficticia - pero querida - república se mezcla con la realidad Panameña de corrupción rampante, dudosa transparencia, institucionalidad frágil, y cuasi-inexistente estado de derecho. Cuando combinas todas estas situaciones, ves como el terreno es fértil para que se exponencie la corrupción (e.g. pseudo-empresarios hacen donaciones a políticos para que protejan sus industrias y/o negocios), se exacerbe el amiguismo o cronyism (e.g. los más cercanos al gobierno se verían favorecidos con más prebendas y favores del estado), y crezca la desigualdad no natural (e.g. el dinero del estado entra en los bolsillos de aquellos que no necesariamente son los más calificados o mejores en lo que hacen).
¿Ya ven por qué no es buena idea tener un estado inversionista?
Y eso que ni siquiera he entrado en el tema monetario. ¿De donde sacaríamos el dinero para poder "rescatar" a las empresas? Ya estamos bastante endeudados, el Canal no da para más aportes -menos con la situación económica mundial, y la recaudación fiscal se pondrá cada vez peor.
OK, PaleoPablo, entendemos el argumento. Pero, ¿y todos los empleos que se perderían si no se rescatan estas grandes empresas?
Excelente pregunta, la cual responderé en mi próximo post...
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