Lo que pensé demoraría bastante, llegó antes de lo previsto. Durante el fin de semana me vacuné. Debo admitir que, originalmente, no tenía pensado vacunarme tan rápido. Quería esperar a ver como le iba a los vacunados con el pasar de los meses; y la forma en la que están vacunando en Panamá (por fases) iba a darme varios meses hasta que me tocase oficialmente (circa octubre). Sin embargo, viendo que mis padres estaban por vacunarse (ya lo hicieron también), y para aportar a la solución de esta crisis/pandemia, dije "meh, why not?" Luego de una noche de sábado con algunos efectos adversos, y un domingo que me sentía como un zombie (gracias Nicole por soportarme) estoy up and running once again - creo ya la conexión con el 5G de tío Bill está con full señal. Así que ya vacunado, retomemos el tema que quedó pendiente del post anterior.
La libertad económica, como mencioné en un escrito de hace unos meses, trae consigo multiples ventajas y prosperidad, tanto para las empresas, como para los empleados. Esta prosperidad, a diferencia de lo que ocurre en países represivos y con poca libertad económica (e.g. Venezuela, Cuba, Corea del Norte, Sudan), le llega a las personas de todas las "clases sociales". Por ejemplo, los índices de pobreza multidimensional son mayores en países con poca libertad económica que en países con mayor libertad económica. Igualmente, mayor libertad económica va de la mano con mayor desarrollo humano, como se define en el United Nations Human Development Index, el cual mide la calidad y acceso a la educación, expectativa de vida, tasa de analfabetismo, entre otros. Y sí, también aplica para el medio ambiente, cuando se compara con el Environmental Perfomance Index. En fin, como se dice en The Mandalorian, "this is the way" para mejorar la vida de todos y prevenir, en gran parte, las fallas del estado que mencioné en mi publicación de marzo.
Aun sabiendo todo esto, parece que nuestros gobernantes han decidido ignorar los beneficios y querer llevarnos en la dirección opuesta. Hoy me llega el texto del Proyecto de Ley 229 "Que crea un régimen de tributación simplificado para las Empresas de Intermediación o Comercialización Digital y dicta otras disposiciones". En resumidas cuentas - muy resumidas y simplificadas - si hoy pagas por Netflix, Spotify, compras vía Amazon o plataformas similares, va a haber un impuesto sobre los ingresos de estas empresas por lo que nosotros les pagamos, lo cual se traducirá en un incremento en los costos para todos los consumidores, incluyéndote a ti y a mi. Más impuestos nunca es la solución; al contrario, reducirlos, simplificarlos (cosa que esta ley no hace, aun cuando su título así lo diga), y eliminarlos es la solución para que nos quede, a cada uno de nosotros, más dinero en el bolsillo, para que las empresas puedan crear más puestos de trabajo e invertir, que a su vez genera más dinero en los bolsillos de las personas. Y aun cuando el gobierno dijo durante campaña, y recientemente, que no aumentaría los impuestos, todo apunta, salvo nos opongamos fuertemente, a que sí ocurrirá este aumento.
Hablando de oponerse y hacer bulla, el Profesor Eric Molino y yo estamos pensando hacer un conversatorio virtual sobre estos temas que he mencionado en el post. Sería genial saber en qué plataforma preferirían hiciésemos el mismo - Instagram, Youtube, ClubHouse, you name it. Si hay alguna que sea de tu preferencia, escríbeme por email o Instagram. En el próximo escrito les daré a conocer como será la dinámica para que puedas participar.
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