Vamos a dejar de lado, temporalmente, todo el tema de pensiones y de la CSS en el blog. Si bien es un tema álgido y que requiere la atención y colaboración de todos, vale la pena ponerlo en pausa por unos breves minutos y explorar una idea que compartí con algunas personas recientemente. Y no, no fueron sobre copas de vino, para la sorpresa de muchos. De hecho, he estado retomando la meditación con cierta regularidad (5 días a la semana, como mínimo), junto con yoga (12 minutos x 5 días a la semana, como mínimo), más el HIIT que llevo haciendo por años. No, no busco convertirlos en fitness-freaks, sino que realmente he sentido una diferencia en la capacidad cognitiva desde que implementé esta rutina. Sí, es un n=1 experiment y bien anecdótico, pero hey, me ha funcionado; aunque capaz el estar en la playa por varios días tenga algo que ver también (nota: ajustar experimentos por externalidades). Bueno, eso lo veremos en otro momento; ahora, a entrar en materia.
Como mencionaba, tuve la oportunidad de explorar recientemente con algunos empresarios, ejecutivos de empresas, y otros, una idea en particular. Esto, que se dio en el marco de una presentación sobre la importancia de la libre empresa en APEDE, contó con la participación del Prof. Eric Molino como expositor. Luego de una magistral presentación donde tocó temas complejos de una forma sencilla y de fácil entender para cualquiera, decidí hacer un comentario. Si bien, se habla mucho de las fallas del mercado, lo cual hace que las personas piensen hay una mejor manera de crear riqueza y redistribuir la misma (spoiler: no la hay, por ahora), poco o nada se habla, ni se le pone el nombre correcto, de las fallas del estado.
Estas fallas del estado, que ocurren en servicios extremadamente importantes como la educación, la salud, justicia, la distribución del agua en el país, y otros, tienen un impacto enorme y sistémico en la economía. Si bien, el mercado intenta entrar y utilizar sus eficientes y efectivos mecanismos para subsanar, al menos en parte, estas fallas, luego llega el estado a imponer regulaciones que hacen costoso, impráctico, no funcional - en otras palabras, imposible - que se subsane la falla usando el mecanismo de precios y el conocimiento disperso que tenemos como sociedad. En otras palabras, no solo las fallas del estado crean grandes problemas para la sociedad, sino que también impiden que el mercado pueda corregir estas fallas, al ahogar al mismo en regulaciones excesivas, burocracia sinsentido, y todo cubierto con una capa de falta de transparencia que fomenta la corrupción - esto termina siendo otra falla del estado.
"Buen punto, PaleoPablo. Pero, ¿y qué podemos hacer para abogar por un cambio?"
Excelente pregunta, la cual nos hace regresar a la presentación de Eric. La libre empresa o, mejor dicho, la libertad económica y el fomento de esta, es una parte fundamental de la corrección que requerimos. De esto estaremos hablando en el próximo post.
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