Luego de la instauración en el 2021 del Banco Central Panameño - renombrado en el 2024 Banco Popular y Soberano de la Patria - la calidad de vida de los 5 millones (que por ciertos están mal contados - se calcula que cerca de 10-15% lograron salir antes de que confiscaran los dólares) de Panameños se ha reducido a nada. No solo la pobreza se disparó a más de 50%, sino que la inflación actual hace ver a la de Venezuela, bajo el dictador Nicolás Maduro, como la de una economía estable. El Balboa, la moneda de curso forzoso en el país, ha perdido tanto su valor en el mercado internacional de divisas, que hay 7 diferentes tasas de cambio. La oficial, dictaminada por el Gestor Supremo de la Moneda y actual Vicepresidente del País Richard Selarom, está en 5:1 contra el dólar Americano, pero es imposible conseguir a esa tasa de cambio.
Las cadenas de supermercado poco a poco han ido cerrando, debido a que a los residentes en Panamá no les alcanza el dinero para comprar productos básicos. Se intentó aplicar una medida masiva de control de precios, la cual falló rotundamente, al no tener suficientes dólares para importar comida, por lo cual solo quedan algunos productos que el gobierno produce mediante las cooperativas; solo quedan 2 cooperativas, y todas de la familia del actual presidente, Juan Enavoj.
Todos los bancos y empresas internacionales se han ido del país, creando un desempleo masivo que ronda el 20% (con una economía informal del 90%). Los bancos locales hacen lo que pueden por operar, pero la falta de personas con capacidad de pago de crédito ha hecho que haya consolidaciones masivas, creando oligopolios controlados por enchufados al gobierno.
Se preguntarán, ¿qué hizo que llegásemos a esta situación? Pues todo inició con una rueda de prensa durante la crisis del Coronavirus, donde el entonces Superintendente de Bancos se lanzó un comentario referente a la falta de banca central en Panamá y como esto limitaba el accionar de la Superintendencia. Muchos periodistas, ciudadanos, e incluso, personajes del sector financiero y económico del país, llevaron la idea de convertir al Banco Nacional de Panamá en el Banco Central de Panamá. La medida gustó mucho ya que, a corto plazo, se pudo imprimir mucho dinero para inyectar en la economía nacional; se entregaron paquetes de rescate a grandes empresas, se enviaron cheques mensuales a todos los panameños, se pagaron anticipadamente los bonos soberanos de la república, en fin, la velocidad y el volumen de la masa monetaria fue de tal nivel, que se sobre-saturó la economía y al sector financiero a mediano plazo, lo que trajo consigo la Gran Crisis del 22. Dicha crisis hizo que cientos de miles de panameños, en su desespero, apoyasen al señor Enavoj y al señor Selarom en su búsqueda por el Palacio de Las Garzas. En las elecciones del 2024, ganaron de manera aplastante, con un 70% de los votos emitidos. El resto, es historia.
Si tan solo hubiésemos salido a denunciar fuertemente los graves problemas que trae consigo la impresión del dinero por la Banca Central, el riesgo moral que crea tener el poder de fabricar dinero "de la nada" o, tal vez, se hubiese llamado a la responsabilidad y a la cordura en la toma de riesgos - tanto de las personas como de las instituciones financieras, la cosa sería diferente.
Aclaración y Descargo de Responsabilidad: Esta es una nota ficticia. Cualquier parecido con la realidad, con nombres de personas reales, y/o con cualquier evento y/o circunstancia que haya, esté, o vaya a ocurrir, es pura coincidencia.
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